Posando para mamá

Posando para mamá
Foto Jenny Araque

martes, 22 de mayo de 2007

No es mi culpa, sino de Sistemas

A alguien tengo que culpar por no actualizar mi blog como debe ser; al mejor estilo del libro La culpa es de la vaca. No es por mí, sino que el departamento de Sistemas de la empresa no ha notado que en CVG Proforca tenemos problemas con el acceso a google y por consiguiente a gmail y sus productos.

Así que, las últimas entradas publicadas en lamamadelgordito.blogspot. com no tienen las ilustraciones correspondientes y eso es lamentable. De todos modos, en lo que se normalice la conexión a las páginas antes mencionadas, la información gráfica será incluida "como debe ser".

Gracias por su receptividad.

La mamá del gordito.

A las madres… aunque un poco tarde


En primer lugar pido disculpas a mis amigas lectoras por no felicitarlas a tiempo en el blog a propósito del Día de las Madres. El trabajo ha sido intenso en la oficina los últimos días y a eso tengo que agregar los pequeños detalles técnicos que me impidieron el acceso a Internet.

Seguidamente quiero agradecer a todas sus emotivos mensajes de texto. Se que muchas de ustedes disfrutaron la compañía de sus hijos e hijas y demás familiares; las que no son madres “aún” festejaron con las mamás propias y más allegadas, en fin, una fecha particular de la que se dice mucho por su especial significado.

Madre… No es lo mismo reconocer a mamá la dedicación que por años ha depositado en nosotros, que ser madre y vivir ese gran día.

El que pasó fue mi segundo Día de las Madres. Cuando celebré el primero me sentí inmensa, pues tener por fin a eduardito entre mis brazos significó algo indescriptible.

Hoy repito la experiencia y todavía no creo que soy mamá. En mi casa no hubo fiesta. Estuve con Orlando y Eduardo y eso fue suficiente, pero extrañé mucho los comités de “Las 5 J” – reunión entre mis hermanos y yo-, para decidir sobre el menú y quienes debían cocinar para mamá en la casa de Guacara.

Apenas desperté ese domingo y los recuerdos de los momentos vividos durante el embarazo llegaban uno tras otro, parecía que estuviera retrocediendo una película, una de mis favoritas… seguro la favorita para muchas mujeres que mantienen latente en sus corazones cada instante de la espera de ese primer bebé.

No se describir lo que se siente ser madre, pero cuando el gordito me sonríe las emociones despiertan y me hacen vibrar; es como encontrar un vaso con agua fría que calma la sed en un día caluroso, que alivia todos los males y me llena de energía para continuar.

Eso es la maternidad para mí, la fuerza que me mantiene viva, con entusiasmo y repleta de amor para mi familia. Es un motor, en el buen sentido de la palabra, que me permite avanzar dispuesta a descubrir nuevos caminos con tal de ver feliz a ese niño que vino a iluminar cada día de mi vida.

Dios, gracias por bendecirme con el don de la maternidad y por compartirlo con mujeres maravillosas.

“La Madre”, gracias por convertirte en mi amiga y estar allí cuando más te necesité. Sin tu compañía quizás la historia hubiese sido diferente.

Dios las bendiga.

Foto Orlando Gómez: Homenaje a mi mamá, con mis hermanos y papá

En manos de “carniceros”


En esta oportunidad quiero ser breve. Les traigo un corto relato de la vida real. De antemano les digo que, gracias a Dios, tengo la suerte de contar con el que para mí es el “mejor gineco-obstetra” de toda Ciudad Guayana.

Que mala suerte la de aquellas mujeres que ven truncado su sueño de convertirse en madres y de paso, sufren la pesadilla de toparse con “carniceros” de la medicina que ejercen la profesión a la ligera, sin tener conciencia de que por su proceder irresponsable, hace daño y atentan contra la autoestima de muchas féminas en el planeta.

Conocí a una joven que no sólo sufre la pérdida de su primer hijo. También padece las graves consecuencias de un curetaje mal hecho.

Era de suponerse, la práctica médica fue realizada en un hospital público de Ciudad Guayana, cuya identidad me reservo. La muchacha en cuestión presenta aparentemente un cuadro infeccioso. Lo único que sabe es que probablemente le perforaron el útero y que tiene líquido acumulado, por lo que debió acudir a otro médico para encontrar cura a su mal.

No es posible que la medicina pública se haya convertido en el más temible de los monstruos y que para no perder la vida tengamos que “bajarnos de la mula”.

Dios quiera que no empeore el estado de salud de la chica que hoy me acerca a ustedes y que finalmente, el Todopoderoso y la Virgen le regalen la dicha de volver a vivir la ilusión de tener un bebe en la pancita y esperar con ansias su nacimiento para arrullar a la criatura y adorarla hasta más no poder.

Ilustración: www.diseñoemergente.cl

jueves, 10 de mayo de 2007

¡¡¡BOCONAS!!!


Recientemente salimos Orlando y yo con el gordito a comer pizza. Como a Eduardo le encanta comer, ver tanta gente degustando el delicioso platillo le despertó el apetito.

Empezó a gritar como si reclamara que quería su pizza rápido y el resto de los niños que estaban en el lugar lo imitaron, era como si le hubiesen entendido y se respondieran en su lenguaje.

El alboroto era tal que Orlando decidió salir con Eduardo del local a distraerlo mientras nos servían la comida, porque ni siquiera el chupón lo calmaba.

De inmediato unas mujeres que estaban en la mesa de atrás iniciaron otro tema de conversación y, como me había quedado sola, sin querer escuché todo lo que hablaban.

Estaba de espaldas a ellas, así que no había visto sus rostros. Por lo que decían concluí que no tenían idea de lo que hablaban.

Seguro no tienen hijos –pensé-. Con discreción miré quienes eran: un par de chicas, no mayores de 24 años, creo. Tenían pinta de universitarias y estaban muy bien vestidas. (Si fuera hombre les diría que estaban buenotas).

Intercambiaban sus opiniones sobre salir de casa con los hijos o dejarlos en la casa.

“Ni loca voy yo con un muchacho al banco, imagínate esa gritadera y la gente mirándote feo”, dijo una.

Su amiga le respondió: “Y ni hablar de ir a la peluquería con un ‘sute’. Será para que el tinte te quede mal por andar detrás del niño que grita y corre y que todos ven porque no se queda tranquilo”.

Ciertamente, salir con un niño no es cosa fácil, pero todo depende de cómo lo asuman los padres.

Compartir con los hijos y enseñarle el mundo no debe causarnos temor, por el contrario, creo que a medida que les permitimos conocer a otras personas y desenvolverse en distintas situaciones lo hará una persona más segura.

Además, ver cómo se comparta el pequeño en distintas situaciones nos permitirá corregir su conducta a tiempo, enseñándole disciplina y buenas costumbres.

Esas muchachas no tienen idea lo espectacular que es disfrutar un hijo. Bueno, para saberlo obligatoriamente hay que tener un muchacho y comerse las verdes y las maduras.

A veces por BOCONAS hablamos más de la cuenta y nuestros comentarios en un futuro nos pasan la factura.

Probablemente en unos meses o años, las muchachas de la pizzería se convertirán en madres y quizás no tendrán quien se los cuide para ir a ponerse las uñas o a secarse el cabello. Entonces tendrán que cargar con su 'sute' y enseñarle buenas costumbres para que no incomoden al resto de la humanidad.

martes, 8 de mayo de 2007

El Cumpleaños de Eduardo


Tan difíciles que fueron los días de mi embarazo y, gracias a Dios, ya Eduardo José llegó a su primer añito.

Todas las etapas del desarrollo y crecimiento de un hijo son especiales para sus padres, pero el saber que una viene tras otra y que cada una es más emocionante, al menos a mí, me produce una ansiedad enorme.

Muchas personas me preguntan: ¿Eduardo ya tiene dientes?, ¿Cuándo va a caminar ese niño?, pero a mí honestamente eso no me quitaba el sueño tanto como su primera torta de cumpleaños.

Ese día estuvimos juntos Eduardo, papá y mamá. Celebramos la fecha en la Guardería, con las maestras y los amiguitos del bebé. Desafortunadamente la familia y los amigos no se reunieron en esta ocasión, como ocurrió en el bautizo, aunque sé que nos acompañaron de corazón.

Seleccioné a The Backyardigans como motivo para ambientar la fiestecita, es que al Gordito le encanta ese programa que transmite Discovery Kids. Lo sé porque cuando comienza deja lo que esta haciendo y se sienta frente al televisor, presta atención, aplaude y hasta hace el intento de bailar.

Cuántas cosas ocurrieron que nunca olvidaré. Tenía tiempo sin preparar una torta y el Gordito me motivó no sólo a batir ese pastel, hasta intenté decorarlo. Y digo intenté porque al salir de casa y meternos en el carro, el cambio de temperatura me dañó el trabajo que con tanto amor había hecho.

Consuelo el de mi mamá: “Tranquila hija, la primera vez siempre pasa algo, no te preocupes, ponle agua y pega el dibujo otra vez”.


Sabias palabras que lograron tranquilizarme y con la suerte de que la maestra Carmen en la guardería, al ver el desastre en que se había convertido la torta enseguida mezcló azúcar, y huevos, y en menos de diez minutos, problema resuelto.

Nos fue bien este primer año con Eduardo. Nos estrenamos como padres y poco a poco vamos conociendo más a nuestro hijo.

Seguramente en estos días camina y hasta brota su primer diente. Comenzará a decir papá y mamá con más claridad y se iniciará en el mundo de las palabras.

Ahora sueño con verlo correr y conversar con nosotros con la curiosidad que caracteriza a todo niño, esa curiosidad que no es más que el reflejo de su inocencia y de su tránsito por la vida.







Mis reportajes en El Crítico

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Publicado el 08-10-2010