Posando para mamá

Posando para mamá
Foto Jenny Araque

martes, 29 de abril de 2008

Los bebés y las sopas

Navegando en Internet encontré una página de cuentos para niños. (http://www4.loscuentos.net/cuentos/link/315/315368/)

A propósito de la última encuesta de lamamadelgordito, tuve la oportunidad de leer un relato titulado: “El niño que no quería comer sopa”; supongo que quien lo escribió lo hizo tratando de que alguna madre desesperada se lo contara a su bebé para obligarlo a ingerir este alimento.

A mí me pareció cruel eso de decirle a un niño que si no come sopa, el viento se lo llevará y que la va a pasar de techo en techo, sólo, sin el amor de su mamá.

Pero el cuento funcionó. El niño se sintió triste y decidió comer sopa para estar con su familia.

Comparto esto con ustedes porque es bueno tener presente el valor de una buena sopa.

Dicen que la sopa era considerada hace muchos años como un alimento para pobres.

Sin embargo, este plato es de gran importancia, especialmente para los bebés cuando están comenzando a masticar, ofreciéndoles las verduras en trocitos.

A eduardito las primeras sopas le fascinaban. Yo le preparaba cremitas de apio, auyama, siempre combinadas con papita, cebolla, zanahoria, cilantro y apio España. Luego le fui agregando trocitos de carne o pollo. Luego de cierto tiempo, por ahí como a los siete meses, al menos, conmigo, no ha querido tomar más sopa, algunas veces caraotas. Las negritas le fascinan.

Las sopas son fundamentales para el organismo, siempre que contengan nutrientes. De allí a que los expertos en nutrición descarten las preparadas de manera artificial (latas), por su alto contenido de grasas y sal.

Un plato de sopa aumenta la actividad de las funciones digestivas y produce sensación de saciedad cuando se consume caliente. (eluniverso.com)

La sopa puede ser de verduras, carne de res o pollo y pescado, procurando no destruir sus vitaminas y minerales, dice Janet Gordillo de Banire, médica nutricionista del Sistema Docente Hospitalario de la Universidad de Guayaquil.

Explica que, por ejemplo, las verduras deben hervirse y no perder su color para conservar sus propiedades. “Pese a ello también dejan algo de su beneficio en el agua donde se las preparó, por ello no hay que desaprovecharla”.

Narcisa Zambrano, médica nutricionista, anota que en la sopa no solo se pueden hallar las proteínas y vitaminas de los vegetales y granos, sino también su fibra, por ello es importante comerlos, pero para quienes no les gustan lo más recomendable es licuarlos, ingerirlos como cremas.

Los granos secos, como las lentejas, garbanzos, entre otros, son ricos en fibras, carbohidratos y contienen el 20% de proteínas (reemplazan a la carne y al pescado); también tienen magnesio y calcio. Para aprovecharlos hay que remojarlos una o dos horas los más suaves, y más de seis horas los muy duros; después cocerlos unas tres horas. Son excelente fuente de nutrientes tanto en las sopas como hechos cremas.

Las maestras de la guardería me cuentan que mi gordito come sopas de todo tipo. Particularmente, creo que este plato es fundamental, nutritivo, que nunca debe faltar en nuestras mesas y de alguna manera debemos invitar a nuestros hijos a que la ingieran, para que no se los lleve el viento.



Mis reportajes en El Crítico

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Publicado el 08-10-2010