Siempre habrá quien critique a las (os) que cada noche sintonizamos alguna telenovela. A mí no me da vergüenza admitirlo, yo sí veo mi novelita; los que me conocen saben que es uno de mis pasatiempos favoritos.
En la actualidad, Ciudad Bendita –escrita por Leonardo Padrón y novela estelar de Venevisión- me roba algunos minutos todas las noches de 9 a 10, porque la mayor parte del tiempo se la dedico a Eduardo José.
Quizás aún conservo un poco de inocencia, pero no puedo creer que existan hombres insensibles y hasta indiferentes hacia un tema como la maternidad y lo que éste significa en la vida de las mujeres que anhelan tener un hijo.
¡Se perdieron esos 7 millones!, exclamó Macario –interpretado por Guillermo Dávila- cuando Mediática –Ana María Simon- le notificó que la inseminación artificial a la que se había sometido no resultó en el esperado embarazo de “tripochos”.
De golpe, la respuesta de Macario suena hasta graciosa. No obstante, cuando dejas de reir y analizas, para mí, -que soy madre y pasé por la terrible experiencia de una pérdida-, que mi marido me “consuele” de esa manera me parecería una ofensa.
Es un humor cruel para con el Género. ¿Cuántas mujeres hay en este mundo que darían su vida por tener un bebé?. Seguro también hay muchos hombres deseando tener descendencia.
Nuestra televisión nos da esta cachetada y para colmo allí seguimos, fieles a ella; bueno es que al parecer nos entretiene.
Que tristeza me da el hecho de que la familia venezolana, en este caso, reciba este tipo de mensajes donde el dinero importa más que el bienestar que proporciona al ser humano, al menos para quien escribe- el tener un hogar, con una pareja que te ama y te comprende (entre otras cosas) y un hijo (o muchos hijos) para amarlos y verlos crecer sanos y felices.
El propósito no es criticar la TV venezolana. Mi objetivo es invitarlos a reflexionar. Mujeres y hombres merecemos respeto.
Que el dinero nunca importe más que la familia.
Es más satisfactorio gastar 7, 14, 21, 28 y hasta más millones de bolívares y al final tener a ese retoñito entre tus brazos, darle teterito, cambiarle los pañales, derretirte con cada una de sus sonrisas y perderte en el olorcito dulce de su piel.
Ser PADRES es maravilloso. Te lo digo yo que apenas estoy comenzando a recorrer este sendero.
En la actualidad, Ciudad Bendita –escrita por Leonardo Padrón y novela estelar de Venevisión- me roba algunos minutos todas las noches de 9 a 10, porque la mayor parte del tiempo se la dedico a Eduardo José.
Quizás aún conservo un poco de inocencia, pero no puedo creer que existan hombres insensibles y hasta indiferentes hacia un tema como la maternidad y lo que éste significa en la vida de las mujeres que anhelan tener un hijo.
¡Se perdieron esos 7 millones!, exclamó Macario –interpretado por Guillermo Dávila- cuando Mediática –Ana María Simon- le notificó que la inseminación artificial a la que se había sometido no resultó en el esperado embarazo de “tripochos”.
De golpe, la respuesta de Macario suena hasta graciosa. No obstante, cuando dejas de reir y analizas, para mí, -que soy madre y pasé por la terrible experiencia de una pérdida-, que mi marido me “consuele” de esa manera me parecería una ofensa.
Es un humor cruel para con el Género. ¿Cuántas mujeres hay en este mundo que darían su vida por tener un bebé?. Seguro también hay muchos hombres deseando tener descendencia.
Nuestra televisión nos da esta cachetada y para colmo allí seguimos, fieles a ella; bueno es que al parecer nos entretiene.
Que tristeza me da el hecho de que la familia venezolana, en este caso, reciba este tipo de mensajes donde el dinero importa más que el bienestar que proporciona al ser humano, al menos para quien escribe- el tener un hogar, con una pareja que te ama y te comprende (entre otras cosas) y un hijo (o muchos hijos) para amarlos y verlos crecer sanos y felices.
El propósito no es criticar la TV venezolana. Mi objetivo es invitarlos a reflexionar. Mujeres y hombres merecemos respeto.
Que el dinero nunca importe más que la familia.
Es más satisfactorio gastar 7, 14, 21, 28 y hasta más millones de bolívares y al final tener a ese retoñito entre tus brazos, darle teterito, cambiarle los pañales, derretirte con cada una de sus sonrisas y perderte en el olorcito dulce de su piel.
Ser PADRES es maravilloso. Te lo digo yo que apenas estoy comenzando a recorrer este sendero.
3 comentarios:
Hola, me alegra que tengas un blog y que publiques cosas periódicamente, yo no lo hago y por eso te admiro, aunque tú tengas más responsabilidades. Muy de acuerdo, admiro la labor y la entrega de muchos padres que conozco, comenzando por los míos, por eso sé que debe ser lo máximo y bueno pues me muero por vivir la experiencia y poder compartir contigo tus ideas, ahora sólo son hipótesis, luego, cuando también sea madre, teorías!
Te leo y me dan ganas de encargar a Samantha... ja!, ja! es que así le hemos puesto a la hija que Saúl y yo queremos tener.. Lindo Blog Jenny y disfruta siempre esta nueva etapa.!! saludos!!!
Me encantó este artículo, pero más al leer al final quien lo escribió, mi colega Jenny Araque, con quien compartí días de aula en la Universidad Bicentenaria de Aragua años atrás. Comparto tu opinión pues ser madre es lo mas maravilloso que nos puede suceder a las parejas. Espero que me escribas colega y millones de éxitos.
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