Posando para mamá

Posando para mamá
Foto Jenny Araque

miércoles, 18 de abril de 2007

Libros por Pañales


Antes de comenzar con el tema que nos reúne en esta oportunidad, quiero agradecer a las personas que han visitado mi blog y me han escrito al correo electrónico; a todos les reitero que lamamadelgordito.blogspot.com es la mejor alternativa que tengo a mano para reencontrarme con el periodismo.

Aclaro, actualmente me desempeño como periodista en el área de Relaciones Institucionales de CVG Proforca, pero la magia que tiene el ser reportera (o) no tiene punto de comparación. En el blog no soy reportera como en un diario o como en la empresa, pero puedo plasmar en líneas lo que veo en la calle y olvidarme un poco de los pinos de Uverito.

Ahora quiero comentarles algo que viví. Si bien el hecho no es nada de otro mundo, no deja de sorprenderme. Tiene que ver con nuestros adolescentes, esos muchachos que dentro de unos años serán jóvenes y luego adultos, y con toda seguridad, los responsables de tomar las riendas de este país, igual como lo estamos haciendo muchos de nosotros, algo que se repite de generación en generación.

Una chica, no tendrá más de 15 años, iba en el mismo bus que yo. Ella estaba de pie y en sus manos tenía un papel que usa como abanico; es que el calor estaba inclemente. Lo llamativo era que la muchacha estaba pálida.

La curiosidad me mataba. No era para menos, pues el papel que tenía la jovencita llevaba impreso el nombre de un laboratorio médico. ¿Estará enferma?, me pregunté. Luego, otra interrogante vino a mi mente. ¡No vale, seguro está embarazada!, dije preocupada.

Al cabo de unos segundos el transporte quedó vacío y la chica se sentó justo delante de mí con un chico más o menos de su edad.

Comenzaron a hablar. El tono era muy bajo y casi no podía escuchar lo que decían. Parecía que susurraban; es que no querían que la gente se enterara del asunto.

Efectivamente, la niña está embarazada. Tendrá pocos días. Entre ambos intentaban encontrar una solución. No sabían cómo darle la noticia a sus padres. Sin embargo no se notaban asustados, sino sorprendidos que creo no es la misma emoción.

Quizás por su corta edad no creían cierto el diagnóstico y acordaron antes de anunciar la llegada del nuevo bebé, repetir la prueba de embarazo. Al menos estaban juntos y eso es ganancia.

El embarazo precoz no es cuento, es una realidad latente. Lo tenemos allí, a la vuelta de la esquina y se está afianzando entre la juventud sin que nuestros chamos tomen conciencia.

Es un virus social que parece no tener cura. Vacunemos a los muchachos con orientación, no los dejemos solos en su iniciación sexual.

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Mis reportajes en El Crítico

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Publicado el 08-10-2010