Recuerdo que mi mamá dejaba que nosotros compartiéramos habitación con ella y mi papá hasta los tres meses de edad. Esto lo vi con mis cuatro hermanos.
Ya más grande ha sabido de casos de mamás y papás que comparten la cama con sus hijos. Leyeron bien, la cama, no la habitación.
Ante lo limitado del apartamento en el cual vivimos, eduardito comparte la misma habitación conmigo y su papá. En ocasiones, compartimos hasta la cama.
Bueno, para explicarme mejor: cuando el gordito y mamá están solos duermen juntos, pero, cuando llega papá, el niño sabe que debe ir a su cama. Gracias a Dios lo ha entendido y estamos llevando la situación con paciencia.
Cuando eduardito duerme en mi cama yo me siento más segura. El gordito es mi único compañero y puedo vigilar mejor si se enreda en la sabana, si se tapa la cara con la almohada, hasta si se le sale el chupón; algo que siento que no puedo hacer bien si lo dejo durmiendo en su cuna.
En la reciente encuesta de lamamadelgordito.blogspot.com, el planteamiento era: Tu bebe prefiere dormir…, la mayoría de las respuestas (80%) se inclinaron hacia la opción “en mi cama”. Apenas un 20% aceptó que a sus hijos les gusta dormir en la cuna, o en la cama dispuesta para ellos.
En el artículo Siete buenas razones para no dormir con tu hijo, publicado en la revista Ser padres hoy, nos advierten por qué los niños y los padres necesitan sus espacios por separado.
Aunque aseguran que esta costumbre no es del todo mala, las ventajas de que tenga su habitación permiten que el niño: Se adapte a su propio espacio, adquiera patrones de sueño, favorece el crecimiento y el desarrollo intelectual, respeto a la intimidad de los padres, facilita la autonomía, menor riesgo de accidentes y de contraer enfermedades virales.
Si tienen en casa otra habitación disponible es mejor que vayan acostumbrando al bebe a su nuevo espacio para que cree nuevos hábitos.
Las excepciones… Es aceptable que el bebe comparta la cama con mamá y papá si se presentan terrores nocturnos, por ejemplo, pesadillas, lo cual es común entre los 3 y 7 años.
Expertos como Margot Sunderland, del Centro para la Salud Mental Infantil de Londres afirman que el niño puede dormir con sus padres hasta los cinco años, lo cual es favorable para su desarrollo emocional.
La decisión final es de mamá y papá.
Ya más grande ha sabido de casos de mamás y papás que comparten la cama con sus hijos. Leyeron bien, la cama, no la habitación.
Ante lo limitado del apartamento en el cual vivimos, eduardito comparte la misma habitación conmigo y su papá. En ocasiones, compartimos hasta la cama.
Bueno, para explicarme mejor: cuando el gordito y mamá están solos duermen juntos, pero, cuando llega papá, el niño sabe que debe ir a su cama. Gracias a Dios lo ha entendido y estamos llevando la situación con paciencia.
Cuando eduardito duerme en mi cama yo me siento más segura. El gordito es mi único compañero y puedo vigilar mejor si se enreda en la sabana, si se tapa la cara con la almohada, hasta si se le sale el chupón; algo que siento que no puedo hacer bien si lo dejo durmiendo en su cuna.
En la reciente encuesta de lamamadelgordito.blogspot.com, el planteamiento era: Tu bebe prefiere dormir…, la mayoría de las respuestas (80%) se inclinaron hacia la opción “en mi cama”. Apenas un 20% aceptó que a sus hijos les gusta dormir en la cuna, o en la cama dispuesta para ellos.
En el artículo Siete buenas razones para no dormir con tu hijo, publicado en la revista Ser padres hoy, nos advierten por qué los niños y los padres necesitan sus espacios por separado.
Aunque aseguran que esta costumbre no es del todo mala, las ventajas de que tenga su habitación permiten que el niño: Se adapte a su propio espacio, adquiera patrones de sueño, favorece el crecimiento y el desarrollo intelectual, respeto a la intimidad de los padres, facilita la autonomía, menor riesgo de accidentes y de contraer enfermedades virales.
Si tienen en casa otra habitación disponible es mejor que vayan acostumbrando al bebe a su nuevo espacio para que cree nuevos hábitos.
Las excepciones… Es aceptable que el bebe comparta la cama con mamá y papá si se presentan terrores nocturnos, por ejemplo, pesadillas, lo cual es común entre los 3 y 7 años.
Expertos como Margot Sunderland, del Centro para la Salud Mental Infantil de Londres afirman que el niño puede dormir con sus padres hasta los cinco años, lo cual es favorable para su desarrollo emocional.
La decisión final es de mamá y papá.